PRÓLOGO DEL AUTOR

Una búsqueda tras de mis antepasados, me llevaron a un lugar desconocido para mi, Cáhuil. Mi gran familia, todavía se resiste a desaparecer en aquellas tierras y los últimos descendientes de los Casas Cordero, los Cordero en la decima segunda generación, se aferran en un pequeño pedazo de tierra en Bucalemu. Perdieron parte de su apellido, pero allí están. No emigraron a la ciudad y de la propiedad de gran parte de la antigua Doctrina de Vichuquén, ya no les pertenece, pero si son descendientes directos de todos aquellos antepasados que la poblaron, desarrollaron y dejaron sus historias ,que empezaremos a conocer.

Siglos pasaron desde que el primer Casas Cordero llego a formar familia a este lugar. Un hombre una mujer cansados de la Guerra de Arauco, donde ella perdió tres hijos durante su cautiverio. El Alonso Martin Casas Cordero joven español que según registros no debe haber sobrepasado los 16 años se embarca en el puerto de Cádiz, deja su natal Jerez de la Frontera en España, a su familia. A hacer fortuna y conocer mundo, la vida de estos soldados según lo cuentan los historiadores les fue muy difícil .Logra después de 40 años conseguir beneficio a su esfuerzo y la Corona de España, le entrega mil cuadras de tierras en un lugar llamado Hacia la Costa de la Mar en el extremo norte de la Doctrina de Vichuquén lo que hoy conocemos como Cáhuil.

Los documentos que atesoran estas historias ,fueron recopiladas desde los Archivos Parroquiales de Paredones ,Escribanos de Talca , Escribanos de Curicó, Escribanos de Vichuquén, Escribanos de San Fernando, Archivo de Indias ,Real Audiencia, Capitanía General e Historiadores.

Paso a paso, estas genealogías, historias sociales y personajes de este lugar irán emergiendo, desde los antiguos volúmenes que reposan en Archivo Nacional para ser conocidos, por los actuales pobladores de este antiguo, hermoso e histórico lugar, Cáhuil.

PRIMERA GENERACIÓN

Don Alonso Martín Casas Cordero, nace por el año 1560, natural de Jerez de la Frontera, España. Llega a Chile en un contingente de 334 soldados recibidos por al Gobernador don Rodrigo de Quiroga el 8 de enero de 1577, en Tucapel. Son muchachos gentiles muy jóvenes, dice el documento vienen a bordo del navío Autni Xuares, desde España. Participa en la sublevación araucana en el sur, con grado de sargento, donde entra de inmediato a la guerra. Allá conoce a Doña Juana Fernández de Almendras Cortes, natural de la ciudad de Valdivia con quien se casa.

Su participación en la guerra de Arauco, fue muy extensa, alrededor de 30 años, por esto, es beneficiado por sus servicios por la Corona de España, con mil cuadras de tierras, en la Doctrina Vichuquén, en un lugar conocido como Hacia la Costa de la Mar, lugar situado en la laguna de Cahuil. Según datos pudo haber sido cautivo.[1] Con fecha 15 de noviembre de 1675 doña Juana al hacer su testamento, de Alonso, señala que es su viuda, y su cuerpo esta enterrado en la Bice Parroquia de Nilahue, y solicita de su albacea, su hijo Alonso, sean sus “guesos” trasladados a la Bice Parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes de San Juan Bautista de Chimbarongo. Es conocido a través de varios documentos como Alonso el “viejo”.

"Familias pobladoras de la Doctrina de Vichuquén entre ellos Don alonso Casas Cordero año 1658".

El cura vicario de Vichuquén Don Martín de Oyarzun en un documento del año 1658 [2]hace una relación de sus vecinos en su doctrina, con el fin de obtener ornamentos de culto para su Iglesia y cita a los residentes en la Doctrina:

Alonso Cordero, dos indios en su estancia de hacia la Costa de la Mar.

Francisco Días del Valle esta solo con sus hijos en la estancia hacia la Costa de la Mar.

Bernabé López un indio hacia la Costa.

Teniente Juan de León esta solo en su estancia hacia la Costa con su mujer e hijos.

(Cita de alguno de los muchos vecinos de Alonso)

Los bienes que reúne aparecen el un documento fechado 20 de noviembre de 1686[3] son inventariados, tras la muerte de Juana.

“Lo que se comprueva con lo que oy posee la susodicha que se valore aura el campo que tiene en la costa, con muchas tierras ganados maiores y menores, un molino, dos negros que entraron en su poder, tres mulatas, mucha plata labrada y demas alajas del adorno de servicio de la casa de la susodicha que todo importaría mas de dies mil pesos, para cuya probabilidad pido presente el inventario que hiso de dichos bienes.”[4]

[1] El año 1603 se efectúa un catastro en el fuerte Trinidad en Valdivia de todos los soldados vivos, mujeres, gente que murió por enfermedades, soldados que hicieron fugas, soldados ahogados y al año siguiente se vuelve a hacer una relación de tropas donde se contabilizan, todos los soldados sobre un total de 1646 que en ese momento estaban movilizados en el país y en esta nomina no aparece Alonso de seguro cautivo.

Archivo de Indias Colección Vic. Mackenna vol. 285 Archivo Nacional.

3 Encomenderos y Estancieros Mario Góngora Pág. 62

4 Real Audiencia Vol. 355 fjs. 22 Archivo Nacional.

[4] Otra forma de remunerar los servicios prestados por los conquistadores a la Corona, fue la merced de tierras, por lo que se entregaba el dominio de cierto territorio a perpetuidad, pudiendo el agraciado transmitirlas a sus descendientes, donarlas o enajenarlas. El total de de mercedes de tierras otorgadas en Colchagua desde 1575 a 1706 fue de 346 otorgadas a 236 beneficiados. La mayoría de ellos funcionarios o soldados. En el momento que tomaba posesión física, se levantaba un acta, firmada por el propietario el representante de la autoridad y los testigos presénciales. Con el tiempo estas mercedes originaron grandes haciendas.

JUANA FERNANDEZ DE ALMENDRAS Y CORTES

Es hija de Don Juan Fernández de Almendras (1) y de Doña Francisca Cortes, natural de la ciudad de Valdivia, nace alrededor del año 1570, muere tras dejar su testamento en el año 1673, en Cahuil.
Su padre es Escribano en el Cabildo de Valdivia y soldado compañero de Don Martín Ruiz de Gamboa, señala haber servido por más de 30 años en guerra de indios, residente en Valdivia nace por el 1509 en España. Su madre Francisca Cortes es natural de la ciudad de Valdivia. Sufren del cautiverio toda su familia aun cuando por tiempo menor.

El alzamiento araucano que destruye las ciudades de Osorno y Valdivia la tienen cautiva de los araucanos. Dice un testigo que le conoció personalmente el capitán Francisco de Soto, que por relato de la propia Juana, dijo ser viuda y haber tenido dos hijos, que allí mueren. (De Don Agustín Martín Quiñones de Loyola)

Al ser liberada, se casa con Alonso, con quién dice haber procreado dos hijos: Alonso y María, esta última muere en “cautiverio” a la edad de un año.

Es muy probable que Alonso y Juana fuesen cautivos, pues la fecha en que nace Alonso hijo, corresponde al año 1604. .(2)


(1) Don Juan Fernández de Almendras nace alrededor del año 1509 en España. En Documentos Inéditos, Archivo de Indias volumen IXX pág. 315 se presenta en la ciudad de Cañete de la Frontera como testigo en una probanza (meritos) del capitán Martín Ruiz de Gamboa donde señala su edad 61 años sus 30 años de experiencia en guerras de indios. También lo encontramos como Escribano en Juicio de don Francisco de Villagra 6 abril 1569 y como Alcalde el día 7 de abril de 1567 en la ciudad de Castro. Encontramos en la Pág. 132 volumen XX lo siguiente “Valdivia 13 octubre 1558 Ante Bartolomé de Quiñones Escribano de S. M presente Juan Fernández de Almendras, vecino de esta ciudad, en voz y nombre del Mariscal Francisco de Villagra, presenta un pedimento firmado de su nombre. Pide traspaso de 4 hojas escritas del Cabildo, las 3 y media que faltan fueron cortadas por Juan Fernández de Almendras, escribano que fue de dicho Cabildo.

(2) El año de 1599 las ciudades de Osorno, Valdivia y otras sufrieron su destrucción y asedio de los araucanos, quienes usando el hambre como arma por tres años, lograron que los propios españoles entregaran sus mujeres e hijos. Sabiendo que los indios no les matarían, pues las mujeres eran tenidas de mucho valor por ser tomadas estas sexualmente, lo que daba gran notoriedad a estos, además eran esclavas de sus tierras para cultivar sus huertos, hacer de sus chichas, cuidar de sus animales domésticos. Además podían ser vendidas o cambiadas, al igual que sus hijos. Algunos españoles cautivos sobrevivían al tener algún oficio que era ejecutado para los indios, carpintero, zapatero o hacer armas para estos.

La llegada de un gran número de soldados el año 1605 y el gobernador Alonso García Ramón a estos lugares y ante reclamos de la gente que tenían familiares, hizo apurar al ejército en la búsqueda de todos estos cautivos. Muchas mujeres fueron rescatadas, llegaron algunas embarazadas o con varios hijos, algunas niñas muy blancas y hermosas sin saber hablar español y queriéndose volver a sus tierras, otras sintiendo la vergüenza de volver a sus esposos tras 8 años de cautiverio.

Desengaño y Reparo del Reino de Chile Cáp. III Pág. 69 Alonso Gonzáles de Najera.

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